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viernes, 24 de septiembre de 2010

Historia de extradiciones


Arranco nuevamente a publicar en éste blog, la idea es comentar noticias nacionales e internacionales y las semejanzas de situaciones en otras partes del orbe. Es por eso que para no aburrir arranco con una noticia reciente.

El miércoles pasado apareció en los medios una noticia que vino a ponerle una mancha a la corta relación entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par chileno, Sebastián Piñera. Todo comenzó con un pedido de extradición presentado desde el gobierno de Santiago para que Apablaza Guerra, alias "comandante Salvador", sea devuelto a Chile, en donde se lo juzgará por el asesinato del ex colaborador del dictador Augusto Pinochet Jaime Guzmán Errázuriz y el secuestro de Christian Edwards del Río, directivo del diario El Mercurio.

A pesar de que ayer la Corte Suprema argentina concedió la extradición que Chile reclamaba desde hace varios años, la última palabra saldrá desde el ejecutivo, ya que hay pendiente un pedido de asilo por parte de Apablaza.

Sin embargo, las historias de extradiciones y asilos no son nuevas entre los hermanos latinoamericanos. El 9 de abril pasado, Venezuela y Colombia volvieron a enfrentarse. En esta ocasión Caracas solicitó al Estado colombiano una respuesta sobre la extradición del opositor del gobierno chavista, Pedro Carmona, quien lidero un fallido golpe de estado en abril de 2002. Colombia, a pesar de eso, concedió asilo político hace aproximadamente ocho años a Pedro Carmona, con lo cual generó un nuevo malestar desde Caracas hacia el, por entonces, gobierno de Uribe. Un Uribe que ya se había enfrentado publicamente desde los discursos al líder bolivariano.
Pero no todos los casos terminan como este. Tal es el caso de Chile y Uruguay. Luego de más de siete años de investigaciones, el magistrado chileno, Alejandro Madrid, dictó sentencia sobre el asesinato del químico chileno Eugenio Berríos. Entre los culpables, se encontraban tres militares uruguayos extraditados en abril de 2006: Tomás Casella, Eduardo Radaelli y Wellington Sarli. “La Justicia uruguaya se comportó a la altura, tuvo un gran papel y permitió el juzgamiento de tres connacionales en un país extranjero”, dijo el juez chileno. También acotó que los países “no son muy dados” a que pasen estas cosas y denunció que el magistrado uruguayo recibió presiones por actuar de esta manera.

Esperemos que con el caso de Apablaza pase algo parecido al ejemplo de la justicia uruguaya y no se busque satisfacer los pedidos de Hebe de Bonafini, que no se da cuenta que la extradición busca que haya, simplemente, justicia.

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